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En los próximos años, la Inteligencia Artificial (IA) tendrá un impacto profundo en la mayoría de los sectores de la economía. Desde el transporte hasta la medicina, la automatización, el marketing y la energía, cada vez hay más usos para la tecnología de IA.

La Inteligencia Artificial permite a las empresas realizar tareas con una mayor precisión y rapidez. Esto les ayudará a reducir los costos y mejorar los procesos.

También ayudará a optimizar los sistemas de fabricación, a mejorar los productos y a ofrecer experiencias personalizadas a los usuarios. Por esta razón, la Inteligencia Artificial es una herramienta fundamental para el futuro de la tecnología.

El sesgo de la programación

Naturalmente, independientemente de lo que nos cuentan en los medios de comunicación, existe un sesgo en la inteligencia artificial creado por los programadores.

Se puede explicar este sesgo de una manera sencilla, por ejemplo, si entrenamos una IA con cuadros de Vicent van Gogh esta IA sólo podrá dibujarnos una técnica parecida a la que le introducimos, es decir, su resultado no dará un cuadro como La Mona Lisa de da Vinci.

En este caso el programador es el que introduce el sesgo, y el resultado final puede ser inesperado.

Un futuro prometedor

Independientemente de todos los problemas que pueda conllevar el uso de la Inteligencia Artificial podemos proveer que va a suponer una evolución exponencial en la resolución de problemas y ocurrirá lo mismo que pasó con la evolución de los chips y las computadoras. En el futuro próximo podremos tener predicciones meteorológicas casi exactas, dado que la inteligencia artificial puede analizar los datos que a los seres humanos se nos escapan.

Seguramente gracias a la inteligencia artificial habrá una nueva explosión del conocimiento, pudiendo acercar a la humanidad hacia un mundo más humano.